Obra sonora performativa y participativa para territorio específico. Sonorización con materiales naturales, prácticas de escucha atenta, y cartografía crítica. Lo que escuchamos hoy, contiene en su esencia el transcurrir del tiempo, es la metamorfosis sonora inevitable causada por movimientos y cambios que preceden a este presente aural.
A través de un proceso de relevamiento acústico y sonoro del territorio por medio de distintas prácticas de sonorización in situ, se crea una obra en formato de performance sonora a partir de la cual dar cuenta del tiempo como eje transversal, contextual y determinante en la manifestación del sonido en un espacio acústico.
La primera edición se realizó en el marco de la residencia Enclave Land Art 2023, en el territorio del Salto del Molino, en Quesa, Valencia, España.
“…Todo sonido pasajero tiene un aspecto de alucinación, puesto que no deja huellas, y a partir de entonces puede resonar en la eternidad de un pretérito de la escucha…” Michel Chion
Se propone realizar un relevamiento acústico y sonoro por medio de distintas prácticas de sonorización in situ, con la finalidad de crear una obra sonora performativa que de cuenta de la importancia del sonido, los entornos acústicos y la escucha atenta como medios de reconocimiento y vínculo con un territorio, acercándose a la historia del mismo, especialmente a aquella que se oculta más allá de las imágenes.
El proyecto consta de una primera etapa de relevamiento y reconocimiento acústico y sonoro, arquitectónico y espacial del territorio, una segunda etapa de sonorización de zonas elegidas —de acuerdo a diferentes parámetros acústicos— activando materiales propios y externos del lugar o encontrando formas de escuchar el paisaje sonoro natural que propone, elección final de materiales y formas de abordarlos, y una tercera etapa de diseño final de estructura de la obra, mapeo, creación de partitura y presentación.
La performance propone un recorrido a lo largo de un territorio mapeado, bajo una configuración de postas a modo de escenas, en las cuales el artista activa diferentes materiales propios o externos del lugar, haciendo sonar una amplia variedad de texturas, frecuencias o armónicos, y poniendo en manifiesto el espacio acústico que contiene y expande a la fuente sonora con la que esté trabajando. También se invita a escuchar paisajes sonoros naturales desde una disposición diferente a la habitual que el artista crea de interés para la mejor recepción del sonido; por ejemplo, podría sugerirse escuchar un paisaje sonoro recostándose sobre una roca que descansa sobre la orilla de un río o de pie abrazando a un árbol añejo. En ambos casos, se buscará que el oyente pueda vincularse y conocer mejor el territorio a partir de cómo el sonido se manifiesta en cada espacio acústico, y generar una experiencia inmersiva que propicie una escucha atenta.
“…La metamorfosis no es simplemente la sucesión de las diferencias, sino la imposibilidad de remplazar al otro, la coexistencia paradojal de los posibles más alejados en una única y misma vida…” Emanuele Coccia